¿Por qué los derechos son fundamentales para el desarrollo de las personas?          

   

      Los derechos humanos son fundamentales para la dignidad y el desarrollo de las personas, sin embargo, no siempre fueron reconocidos como tales. Así como en algún momento existió la exclavitud, las actuales legislaciones internacionales hoy la prohiben a partir de la promulgación del derecho a la vida y a la libertad: "Nadie podrá ser sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas", artículo 4 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

          En Argentina, a partir del 1° de mayo de 1853, cuando entra en vigencia la nueva Constitucion Nacional, quedó abolida la esclavitud definitivamente. En su Artículo 15 dice: "En la Nación Argentina no hay esclavos: los pocos que hoy existen quedan libres desde la jura de esta Constitución; y una ley especial reglará las indemnizaciones a que dé lugar esta declaración. Todo contrato de compra y venta de personas es un crimen de que serán responsables los que lo celebrasen, y el escribano o funcionario que lo autorice. Y los esclavos que de cualquier modo se introduzcan quedan libres por el solo hecho de pisar el territorio de la República".

          Hoy en día, entre los derechos humanos se incluyen el derecho a la vida y a la libertad; a no estar sometido ni a esclavitud ni a torturas; a la libertad de opinión y de expresión; a la educación y al trabajo.

          En este sentido, los Estados tienen responsabilidades para garantizar los derechos de las personas, es decir, deben “actuar de una manera determinada o abstenerse de emprender ciertas acciones, para promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales de los individuos o de los grupos”.

¿Qué derechos son fundamentales en la actualidad para el desarrollo de las personas? ¿Qué responsabilidades deben asumir los Estados para garantizar el acceso a la educación y al trabajo en los escenarios actuales? ¿Cuáles son las acciones que deben llevar adelante los gobiernos para promover las libertades fundamentales en el contexto de la cultura digital?

 

Las posibilidades políticas transforman nuestra realidad, la condicionan.

 

          Según datos de la Unesco, en la región, la tasa bruta de escolarización en el nivel secundario -a partir de la inclusión de la obligatoriedad de este nivel- creció del 81 al 91% entre 1999 y 2011. Sin embargo, América Latina es una región con profundas desigualdades sociales, dado que aún persisten altas tasas de deserción y de analfabetismo entre los adultos, además del limitado acceso a la educación, entre otros factores.

 

Lo anterior marca un desigual acceso al Conocimiento.

 

Titular del Diario Clarin de 2016 - Acceso a la noticia - 

 

Artículo del Banco de Desarrollo Sostenible de América Latina. 2022. - Acceso a la nota -



          El objetivo de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) número 4, refiere a una educación de calidad: “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos".

          Para implementar este objetivo, los países comprometidos, firmaron la Agenda Educación 2030, en la cual se plantea la posibilidad que las tecnologías puedan mejorar el aprendizaje posibilitando que los/as jóvenes aprendan por sí mismos a utilizar los recursos de Internet o las aplicaciones educativas especializadas, al mismo tiempo que se garantice su acceso y la calidad de la educación.

Esto permite visibilizar la relación entre Integración de tecnologías digitales y la garantía del derecho integral a la educación.

 

          Desde una perspectiva de derecho y en relación con lo anterior, “la integración de las tecnologías digitales en los sistemas educativos está estrechamente vinculada con la garantía del derecho integral a la educación y pone en relieve la necesidad de priorizar la democratización del acceso a las TIC por parte de amplios sectores de la población escolar” (Lugo; Ithurburu; 2019).

          En la Declaración de Qingdao de 2017 se reafirmaron los compromisos sobre el aprovechamiento de las TIC para lograr el ODS 4 y se solicitó a los países firmantes la generación de diferentes programas y estrategias nacionales para promover la concreción de este objetivo. Lo anterior, requiere una asignación presupuestaria adecuada para igualar el acceso, recursos para facilitar el desarrollo de las habilidades en uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), así como favorecer el acceso al contenido relevante para niñas y mujeres, personas con discapacidades, personas desplazadas internamente, grupos en desventaja social o económica, y otras poblaciones vulnerables.

El acceso a los datos: el derecho del siglo XXI

 

          Henoch Aguiar, en “El ciudadano Digital” (2024), describe una serie de etapas que se pueden identificar en el desarrollo de la ciudadanía digital. Entre el 2000 y el 2010, Aguiar reconoce un período donde prevalecían las ideas de libertad e igualdad en las distintas plataformas que ofrecía la red internet, lo que suponía el fin de una sociedad verticalizada para asistir a una organización social más horizontal, donde todos los usuarios accedían a esta gran red descentralizada, y, a partir de la web 2.0, con posibilidad de interactuar y de producir contenidos.

          A partir del 2007, con el desarrollo de las redes sociales, las empresas proveedoras de estos servicios, comienzan a acumular datos en grandes cantidades de sus usuarios. De 2010 en adelante, un grupo de 10 empresas comienzan a concentrarse económicamente, son quienes tienen la mayor cantidad de datos, por tanto, quienes desarrollan una concentración del poder digital, donde “el oro negro” son los datos de los consumidores.

          Aguiar plantea que esto significó el fin de esa organización social más horizontal, dado que los ciudadanos no podemos acceder a esos datos que nosotros mismos generamos. Mucho menos, al entrecruzamiento y análisis de esa información, lo que a estas empresas les permite desarrollar estrategias para controlar el comportamiento de los usuarios, a partir del uso de la información que poseen. Lo descrito permite visualizar que nosotros quedamos desprotegidos, mientras unas pocas empresas concentran un gran poder sobre nosotros.

          A esto debemos sumar el desarrollo de las inteligencias artificiales, cuyo entrenamiento queda en manos de unas pocas corporaciones que las diseñan de acuerdo a sus intereses, generando sesgos en la información. Una acción que genera cada vez una mayor polarización social, lo que preocupa dado que puede dañar las democracias.

¿Cómo revertir este panorama? ¿Qué derechos debemos desarrollar los ciudadanos en tiempos de digitalización? ¿Qué rol debe tener el Estado frente a unas pocas corporaciones que manejan la información de todos los ciudadanos del mundo?

El terreno de los derechos digitales

 

          En el sitio Derechos Digitales se analizan los principales desafíos que se asumen sobre la gobernanza de Internet, y se detalla la importancia acerca de que las decisiones deben ser adoptadas por múltiples actores como la sociedad civil, la comunidad técnica y las empresas, además de los Estados. Si para poder actuar, debemos tomar decisiones y para tomar decisiones debemos acceder a la información, abrir la información que actualmente es exclusividad de las empresas, es crucial.

          En Argentina, aún tenemos el desafío de extender la conexión a internet. En este punto, Henoch Aguiar dice que así como en algún momento los pueblos que quedaban fuera del trazado ferroviario se convertían en pueblos fantasmas que tendían a desaparecer, en el mismo sentido aquellos lugares donde hoy no hay conectividad corren la misma suerte. 

          Un tercer punto fundamental para pensar en los derechos digitales, tiene que ver con el capital cultural, es decir con la formación digital de los ciudadanos. En este sentido, es necesario que se desarrolle una mirada crítica del mundo digital que nos rodea y de favorecer la construcción de capacidades relacionadas con las oportunidades de creación y producción a partir de la tecnología digital, no sólo en cuanto a contenidos, sino de aplicaciones, herramientas, recursos y entornos que potencien articulaciones entre el mundo analógico y digital.

Por otra parte, al pensar en derechos, es necesario visibilizar la brecha de género en el acceso y uso de las tecnologías digitales. Al respecto, el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 5 de la Organización de las Naciones Unidas, menciona: 

          “Velar por la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles de la adopción de decisiones en la vida política, económica y pública;
          Emprender reformas que otorguen a las mujeres el derecho a los recursos económicos en condiciones de igualdad;
          Mejorar el uso de la tecnología instrumental, en particular la tecnología de la información y las comunicaciones, para promover el empoderamiento de la mujer;
          Aprobar y fortalecer políticas acertadas y leyes aplicables para promover la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres y las niñas a todos los niveles”.

          Como puede observarse, pensar en promover los derechos digitales para una ciudadanía que cada vez alterna en mayor medida lo digital y lo análogico, con un sistema productivo que se desarrolla fuertemente en las áreas vinculadas a las tecnologías digitales, y con una extensión de lo digital en múltiples aspectos de nuestra vida cotidiana; es fundamental. Para abordar estos derechos, debemos tener en cuenta, el acceso igualitario a la conectividad, la accesibilidad a los datos que generamos en la red para poder tomar decisiones, la formación en el uso crítico de las plataformas digitales y de los contenidos que allí se presentan, la disminución de la brecha de género en el acceso y uso de las tecnologías digitales.

Les pedimos que accedan a esta Guía de Derechos Digitales, que detalla un listado de Derechos que es fundamental conocer para fomentar una alfabetización crítica sobre las tecnologías digitales. Además se explicitan resoluciones, fallos y normativas nacionales e internacionales que protegen tales derechos. 

      Quizá es momento de volver al inicio de esta clase, la cual iniciamos citando “Es imprescindible que todo proceso de generación y aplicación de tecnologías en la sociedad sea convalidado por la licencia social y ambiental correspondiente, fruto de legítimos procesos participativos que tengan como eje el respeto por las culturas, los territorios, los mecanismos de decisión y los sistemas sociales locales.”

 

Bibliografía:

Last modified: Sunday, 11 May 2025, 2:19 PM